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Esta obra de Nación Corona se sumerge en la furia creativa de Jean-Michel Basquiat. Reyes callejeros, arte primitivo, cultura negra y radiografía urbana colisionan sobre una calavera monumental. La corona “SAMO” resucita el grito de un artista que convirtió su caos en símbolo. Boxeadores, dinosaurios, club nocturno y frases pintadas completan esta oda al fuego neoyorquino.